Necesario imponer sanciones enérgicas.
En 2017 la piratería de películas mexicanas alcanzó un valor superior a los 7 mil millones de pesos, mientras que las ganancias en taquilla por este tipo de producciones cinematográfias apenas significaron mil 16 millones de pesos, derivado de una reducción de 29 por ciento en la asistencia a las salas, equivalente a 9.2 millones de personas.
De acuerdo con un informe del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), la falta de leyes que sancionen enérgicamente la piratería propicia la proliferación de copias ilegales en DVD y Blu-ray que en 45 por ciento son comercializadas previamente al estreno, 40 por ciento son grabadas en las propias salas de cine y 20 por ciento descargadas por Internet.
El estudio asienta que esas películas con deficiente imagen y sonido son comercializadas sin prácticamente ninguna sanción en tianguis, vía pública e incluso en los medios de transporte masivos a un precio de sólo 10 pesos, lo que explica que 89 por ciento de la población opte ver cine mexicano en formato físico o digital apócrifo.
Resultado del alarmante problema de piratería, la asistencia a las salas cinematográficas que exhiben películas mexicanas pasó de 31.6 millones en 2016 a 22.4 al cierre de 2017, lo que además representó una reducción de 379 millones de pesos por concepto de taquilla, para sólo contabilizar mil 16 millones de pesos.
Dicha cifra, expuso, es similar a los fondos y estímulos fiscales otorgados por Foprocine, Fidecine y Eficine para la producción de 96 filmes en el año precedente.
Ante ello, la Dirección de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez de la Cámara de Senadores, urgió a las comisiones de cinematografía de ambas cámaras “destrabar” 16 iniciativas destinadas a fortalecer la industria cinematográfica nacional.
Entre ellas destaca la que sanciona con entre tres y 10 años de prisión y de dos mil a 20 mil días de multa a quien grabe o reproduzca sin autorización y pagos de derechos de autor, obras cinematográficas por diversos medios incluidos el “camcording” que es grabar directamente en las salas de cine.
Otras de las iniciativas es aumentar de una a tres semanas el tiempo mínimo de proyección de estrenos del cine nacional en las salas cinematográficas, pues a la fecha las producciones extranjeras acaparan 81 por ciento del tiempo en pantalla y 94 por ciento de la asistencia total.
C$T-GM