La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer sus cifras más recientes sobre la disponibilidad de tecnología en los hogares mexicanos. Con ello se permite tener una mirada del alcance de la Televisión Digital Terrestre (TDT) luego del apagón de 2015. De acuerdo las cifras del INEGI, los hogares sin infraestructura TDT se han reducido con respecto a las primeras estimaciones del propio gobierno federal.
La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) de 2016 se aplicó durante el segundo trimestre de ese año. Este instrumento permite tener una aproximación a nivel nacional y para 49 ciudades que además es comparable con años anteriores. Aunque esta herramienta no aborda la situación de la TDT en los hogares al 1 de enero de 2016, sí muestra una fotografía del acceso a este tipo de señales a unos meses del apagón.
De acuerdo con la ENDUTIH 2016, aproximadamente había 2.3 millones de hogares sin acceso a señales digitales de televisión al segundo trimestre 2016, es decir, un 7.4 por ciento de los hogares con televisión o “telehogares”.
De los casi 28.7 millones de hogares con TDT, el 73 por ciento tiene al menos un televisor digital y el resto se contabiliza con acceso por disponer de un decodificador o servicio de televisión restringida. La presencia de hogares sin acceso a la TDT no es en automático un “foco rojo” de la política de transición digital.
En México, los beneficiarios de programas sociales federales tuvieron derecho a entregas de televisores digitales como parte de los subsidios de la política del “apagón analógico”. Debido a que no toda la población era subsidiaria, naturalmente algunos hogares tendrían que realizar una “transición no asistida” en caso de querer acceder a señales TDT.
Además, no todos los hogares que se quedan sin realizar esta transición lo hacen por falta de recursos económicos, sino por falta de interés tecnología para la TDT. Por ejemplo, un hogar no beneficiario que no reemplace su televisor analógico, pero que consuma contenidos sobre banda ancha en pantallas como tabletas o computadores, técnicamente sería un hogar sin acceso a TDT, pero no necesariamente por factores económicos, sino de preferencia.
Vistos estos factores, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) estimaba en diciembre de 2015 que el 15 por ciento de los hogares en el país tendría que adquirir su propia pantalla luego de la suspensión de las señales analógicas (http://www.eluniversal.com.mx/articulo/cartera/2015/12/5/85-de-los-hogares-tienen-tv-digital-para-el-apagon-sct), es decir, entre 4.65 y 4.77 millones de hogares.
Si esta cifra se toma como la referencia sobre el escenario de penetración de TDT en enero 2016, entonces la ENDUTIH 2016 presenta evidencia sobre cómo la infraestructura de TDT incrementó su penetración en hogares meses después del apagón. Esta variación es relevante en el contexto mexicano, pues indica que la transición no sólo está sujeta al alcance de programas públicos de receptores subsidiados.
Durante la segunda mitad de 2015 se pudieron apreciar distintas aproximaciones a la pregunta sobre cuántos hogares quedarían sin acceso a la TDT. Entre la aproximación de la SCT, reportes de encuestas de avances del IFT y estimaciones independientes se tiene un laberinto de estimaciones sobre la TDT en el país.
Telconomia realizó en el segundo semestre de 2015 un ejercicio analítico sobre las dinámicas de adopción de televisión en hogares (http://telconomia.com/tdt-en-mexico-retos-de-la-ultima-fase) para brindar una aproximación a las cifras de hogares sin señal de TDT luego del apagón. Dicho análisis arrojó una cantidad inferior a la calculada en diciembre de 2015 por la SCT y más cercana a las cifras reportadas por la ENDUTIH 2016 del INEGI.
En el documento de Telconomia se estableció que “al 31 de diciembre es probable que el rango de telehogares que tendrían que hacer una transición no asistida sea inferior a los 4.5 millones. Basado en el comportamiento histórico de estas unidades, Telconomia estima que este saldo de hogares con televisor que deberán transitar por su cuenta estaría en un rango de entre 1.5 y 2.5 millones para finales de 2015”.
Debido a que la cifra de la SCT en diciembre de 2015 es una aproximación y no una cifra definitiva, resulta complicado establecer un punto de referencia entre enero de 2016 y el 2T de 2016, que es cuando se levantó la ENDUTIH 2016.
Independientemente de esto, Telconomia asume que los telehogares se han mantenido dinámicos y que es más probable que la cantidad de hogares sin TDT en enero de 2016 haya estado por encima de los 2.3 o 2.5 millones en ese periodo de tiempo para luego converger en esa cantidad durante el 2T 2016.
Así, lo más destacable entre las cifras brindadas por el INEGI en 2016 y el año pasado es la continuación de dinámicas dentro de los propios hogares para adaptarse a esta nueva etapa en la televisión. Es decir, la reducción en hogares sin TDT reportados en la ENDUTIH 2016 no son solo el producto de la política pública de entrega de suscriptores, sino de las dinámicas de los hogares para obtener nuevo equipamiento o servicios fijos como televisión restringida.
Al final de la ruta esto constituye evidencia que contradice opiniones que pedían retrasar el apagón analógico. Así, opiniones relacionadas al sector de radiodifusión llegaron a sugerir estimaciones que consideraron sólo la política de reparto como factor de reducción de cantidad de hogares sin señal digital, descartando los recursos y tendencias de los propios hogares.
Estas cifras de hecho estaban por encima de la aproximación de la SCT en diciembre 2015 y por los datos que hoy refleja la ENDUTIH 2016 (en este último caso, en más del 150 por ciento).
Para los países de Latinoamérica que están por realizar el apagón, el caso mexicano ofrece un caso de aprendizaje para el diseño de políticas que atiendan efectivamente hogares que se verían más afectados por una fecha de apagón, pero también para considerar tendencias propias de los hogares que están atendiendo este cambio por su propia vía, y no necesariamente con el objetivo de dar continuidad a la TDT, sino de obtener otros servicios como televisión restringida u otros servicios fijos.
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