Compañías disruptivas han nacen a partir de un algoritmo.
Diseño, innovación y creatividad son conceptos esenciales en un contexto cada vez más digital y en el umbral de la Cuarta Revolución Industrial; sin embargo, en la escena mundial un elemento que hasta hace pocos años se usaba, casi en forma exclusiva, en ambientes académicos e informáticos, cobra protagonismo: el algoritmo.
“Sí, hoy surfeamos en la Era del Algoritmo. Esto significa que las empresas no sólo deben ser disruptivas en diseño, innovadoras, creativas en sus estrategias; sino que deben sí o sí basar su negocio en algoritmos, como condición para competir e incluso subsistir”, señala Emilio Madero, vicepresidente de Marketing y Operaciones de Ventas CenturyLink, América Latina.
Muchas de las compañías más disruptivas han nacido a partir de un algoritmo que pasa a ser el motor del negocio, desde sus inicios como startups, hasta su consolidación, proyección y crecimiento en los mercados nacionales e internacionales.
La razón de este cambio, señala el ejecutivo, tiene que ver con la evolución tecnológica y la digitalización del mundo, condiciones que han terminado por catapultar a los algoritmos al estatus de actores clave en todos los ámbitos; desde las actividades personales más triviales hasta los trabajos, desplazamientos, e incluso en las investigaciones científicas más complejas.
Un algoritmo es una secuencia de pasos a seguir, o un conjunto de reglas diseñadas para producir un resultado específico. Por ello, puede considerarse como tal, desde una receta de cocina hasta el puntaje obtenido al optar a un crédito bancario.
Y, aunque los primeros algoritmos datan desde hace más de tres mil años, en Babilonia; es el auge de la computación traducida en una mayor capacidad de procesamiento de datos, y el desarrollo de las herramientas de Inteligencia Artificial -como el aprendizaje automático (machine learning), entre otras-, las que han terminado mostrando su alto poder de transformación.
“Desde que introducimos una palabra en un buscador, hasta los resultados que vemos y nuestra tendencia a hacer clic en uno o en otro dependen de algoritmos. Del mismo modo, en las organizaciones cientos de tareas se han automatizado, lo que significará que en el futuro la creatividad y las habilidades blandas de las personas serán consideradas verdaderos ‘tesoros’, en tanto no son algoritmizables”.
Sin embargo, hoy hasta la selección de empleados nuevos, o su evaluación anual, podría perfectamente estar ya determinada por algoritmos. En tal sentido, algunos plantean probables dilemas éticos, debido al sesgo que puede tener un algoritmo, en cuanto la preferencia por ciertos ciudadanos en algunos casos, o colaboradores en otras, precisa Emilio Madero.
En opinión del directivo, los algoritmos son de manera categórica esenciales para los negocios de hoy, y están transformándolo todo. Gracias a la inteligencia de negocios y el big data, es posible conocer al cliente anticipándose a sus necesidades y decisiones.
Se trata de la hiper-personalización de los mercados, donde las empresas estrechan lazos con sus clientes como nunca antes, pudiendo saber más de ellos que personas de su propio entorno familiar.
“Esto obliga a las empresas a ser más ágiles, a crear más y nuevos productos y servicios diferenciados e hipersegmentados; a buscar nuevas formas de incrementar ganancias. Hablamos de decisiones a partir de datos convertidos en información, es decir, cada vez hay menos incertidumbre para lanzar productos. Todo se conoce con anticipación”.
En la “Era del Algoritmo”, que hoy vivimos, sostiene Emilio Madero, todo es posible. No sólo mayonesa sin huevos, o hamburguesas con sabor a carne, pero sin carne. Tampoco hay límites geográficos, pues las empresas pueden no sólo operar globalmente, sino que también conocer perfectamente a los consumidores, aunque se encuentren al otro lado del planeta.
“Esta revolución traspasa mercados y países. Fijémonos en cuántos algoritmos hay en nuestras vidas y, en especial, cuántos hay (o debería) en nuestros negocios. Ojalá que no sea demasiado tarde. Bienvenidos a la era de la inventiva, genialidad y creatividad, todas liberadas de ataduras, y de las barreras que antes conformaban el hipotético y en declive mundo de lo imposible”.
C$T-GM