Hay impactos y consecuencias reales y graves.
En México, al menos 9 millones de mujeres han vivido algún tipo de violencia en línea como acoso, amenazas, desprestigio y extorsión; sin embargo, el impacto físico y emocional que generan estos actos son desestimados por el entorno de las víctimas y por las propias autoridades.
“Cuando las mujeres sufren violencia relacionada con la tecnología y denuncian, reciben el mensaje de que, al ser virtual, no es real o que no tiene un impacto significativo”, explicó Lourdes Barrera, integrante del colectivo Luchadoras MX.
Al presentar el informe La violencia en línea contra las mujeres en México, la especialista refirió que además del daño psicológico y emocional, este tipo de ataques refuerzan los prejuicios, dañan la reputación, causan pérdidas económicas, plantean barreras a la participación en la vida pública y pueden conducir a formas de violencia sexual y otras formas de violencia física.
En la esfera emocional, refirió, está documentado que las víctimas de violencia en línea experimentan elevados niveles de estrés, angustia, ira, enojo, depresión, sentimiento de paranoia, confusión y sentimientos de impotencia.
En el plano físico, los síntomas van desde la sudoración, hasta náuseas, dolores de cabeza, de espalda, un exceso o falta de apetito, vacío en el estómago, tensión corporal, llanto y pesadez en el cuerpo.
“Hay una correlación estrecha entre los efectos físicos y emocionales de las mujeres que viven violencia, y en algunos casos, nos han reportado que tienen miedo a salir; es decir, auto restringen su movilidad porque hay una sensación de vigilancia permanente y miedo”
El impacto físico y emocional no solamente es real y tangible, sino que además abre la puerta a otros fenómenos indeseables como la autocensura, el alejamiento de la tecnología y la vulneración a la libre expresión de las mujeres desde el ámbito digital.
El informe destaca que al tratarse de ataques que se cometen dentro del ámbito “virtual”, no se consideran “reales”; sin embargo, se manifiestan en espacios que son considerados muy personales como números celulares y cuentas personales de redes sociales.
“Una de las principales preocupaciones de este informe es contribuir a hacer patente que esta forma de violencia tiene impactos y consecuencias reales y graves en la vida de las mujeres”.
El informe fue elaborado por la coalición Internet es Nuestra MX, un grupo de organizaciones que considera que la violencia en línea o relacionada con las tecnologías es una extensión de la violencia estructural que viven las mujeres en sus espacios personales y en las calles.
“Esta manifestación de violencia en los espacios virtuales obedece a las mismas causas estructurales, es decir, los gobiernos deben atender de la misma manera y con los recursos que están invirtiendo en programas, políticas y legislación».
En ese sentido, las comunidades físicas y digitales son espacios clave, pues es ahí donde se reproduce, comparte, re-victimiza y se generan situaciones hostiles contra las mujeres que están viviendo algún tipo de violencia en línea.
“Si esas comunidades tuvieran una visión distinta de apoyo y la no re-victimización se podría desactivar socialmente la violencia en línea contra las mujeres, se evitaría la viralización y el impacto social, emocional y psicológico que se registra en la actualidad”.
De acuerdo con el reporte, la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología se refiere a los actos de violencia de género cometidos instigados o agravados, en parte o totalmente por el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), plataformas de redes sociales y correo electrónico.
Entre los perfiles principales de mujeres que viven esta forma de violencia se encuentra quienes viven una relación íntima de violencia, mujeres profesionales con perfil público que participan en espacios de comunicación como periodistas, investigadoras, activistas y artistas, y mujeres sobrevivientes de violencia física o sexual.
C$T-GM