Pierden 8.0% de sus ingresos en seguridad.
La gestión de soluciones de seguridad que anulen la intrusión de la ciberdelincuencia se ha convertido en un problema cotidiano entre las empresas, particularmente las digitales, las cuales llegan a perder hasta 9.7 por ciento de sus ingresos, en acciones orientadas a evitar fraudes en el día a día de sus operaciones.
El gasto de los comerciantes en gestión de fraudes creció más del 15 por ciento, llegando a 17 por ciento en 2017 (12.3 millones de dólares), más notablemente entre los comerciantes de bienes digitales (14.3 millones de dólares), cuyo gasto aumentó 42 por ciento en relación al año anterior», de acuerdo con el estudio «Explorando el Impacto del Fraude en un Mundo Digital», patrocinado por la firma Vesta Corporation.
El estudio, que analizó el impacto financiero del fraude en 2017, destacó que los consumidores ejercen en forma creciente su poder adquisitivo en el espacio digital, canales online, y en dispositivos móviles; se espera que el volumen de compras en línea al menudeo supere los 500 mil millones de dólares en 2017, y rebase los 646 mil millones hacia el 2020, cuando represente 12.4 por ciento del volumen total del comercio al menudeo en Estados Unidos.
Tom Byrnes, director General de Vesta Corporation, destacó que esta dinámica de crecimiento explica también por qué los defraudadores vuelven sus ojos al comercio online y por qué el fraude se está convirtiendo en un desafío cada vez más crítico para los comerciantes, que en promedio enfrentan pérdidas de 8.0 por ciento de sus ingresos en la gestión de seguridad, siendo de 9.7 por ciento, para el caso de quienes comercian en línea.
La vigilancia y gestión antifraudes ha obligado a ejercer continuas y crecientes inversiones, ya que los costos totales del fraude promedio para el comerciante en 2017, crecieron, sumando 15.5 millones de dólares, 6.0 por ciento más que el año pasado.
Para el directivo, este gasto reduce a las empresas su capacidad para invertir en otras áreas de sus negocios, ya que los costos por fraude consumen una amplia porción, no solo de sus ingresos, sino también de los costos operativos.
En lo que va del año, 21 por ciento de los costos operativos estuvieron relacionadas con las acciones antifraude, dos puntos porcentuales más que lo registrado en 2016, pero en el caso de los comerciantes online este gasto sube hasta 25 por ciento.
La mitad de todas las pérdidas por contracargos ocurre en tiendas online, y a medida que el fraude continúe migrando hacia los canales digitales, las presiones sobre los comerciantes en línea para combatir el fraude solamente aumentarán», sostuvo Tom Byrnes.
A detalle destacó que la mayoría de los gastos relacionados contra el fraude son para la gestión de éste, es decir, 75 por ciento de los costos, el equivalente al triple de las pérdidas por fraude reales, lo que implica que los comerciantes gasten en acciones de prevención hasta 10 veces más de lo que realmente pierden en contracargos.
De acuerdo con el análisis los contracargos reales crecen a un ritmo de 60 por ciento para comerciantes de bienes digitales y de 75 por ciento para los de bienes físicos, resultado de acciones cada vez más sofisticadas de los defraudadores, en tanto que los falsos contracargos crecen bajo una dinámica de 25 y 27 por ciento, respectivamente.
El estudio mostró que los comerciantes reportaron pérdidas por fraude 13 por ciento más altas este año, que lo observado en 2016, «alcanzando un promedio de más de 1 millón de dólares en pérdidas«, pues los defraudadores han aumentado su presencia en la red, y empleado nuevas capacidades tecnológicas.
Bajo tres modalidades principalmente, el fraude presenta un aumento «dramático», bajo la modalidad operaciones no autorizadas que crecieron 33 por ciento, se registraron casi la mitad de las pérdidas (462 mil dólares), seguido del fraude amistoso (322 mil 602 dólares) y la apropiación de las cuentas, ataques que generaron 284 mil 797 dólares.
Bajo este escenario, el directivo aseguró que los comerciantes examinarán la subcontratación externa de sus actividades a un tercero dedicado y experto para combatir con mayor eficacia el fraude, con lo cual tendrán más tiempo para generar esquemas más innovadores que permitan incrementar sus clientes y sus ingresos a través de canales emergentes.
C$T-EVP