Abogados ejercerán en un mundo de algoritmos.
Hasta hace muy poco, pensar en Inteligencia Artificial (IA) era remontarse sólo a las novelas de ficción de Isaac Asimov; sin embargo, actualmente experimentamos esta tecnología en formas tan cercanas como el uso de teléfonos inteligentes, el Internet de las Cosas (IoT), la expansión de las ciudades e incluso en una actividad tan tradicional como la abogacía.
“No hay duda de que el mejor abogado del siglo XXI será aquel que abrace la innovación y le da la bienvenida a un mundo de algoritmos y robots donde la justicia es asequible y accesible para todos”, señala Jesús Gómez, Country Manager de Lemontech en México.
Como uno de los pioneros de la implementación de tecnología en el sector legal de América Latina, el especialista asegura que la IA llegó para revolucionar y plantear un nuevo paradigma en el que la innovación y la transformación digital se han convertido en elementos disruptivos de relevancia que implican nuevos cambios y desafíos en los procesos jurídicos.
“Frente a una amplia oferta de servicios legales, estos profesionales ahora deben buscar nuevas formas para brindar un servicio con alto valor agregado, eficiente y si se puede, económico”.
Por ello, la tecnología se ha convertido en su gran aliada, mejorando y fortaleciendo el funcionamiento del sistema jurídico en su conjunto, incluyendo las instituciones, las normas y los actores que intervienen en el mismo.
Así, la llegada de los avances tecnológicos al sector legal latinoamericano trajo una manera distinta para que los despachos legales y los departamentos jurídicos de las empresas modernizaran sus procesos, registren ahorros de tiempo, disminución de errores y riesgos al mínimo.
Con ello se ha logrado un impacto positivo en el manejo de las horas, la administración del despacho, la facturación, así como en el seguimiento de los juicios y sentencias de forma automatizada y digital.
En el marco de esta transformación, los abogados de la región aún tienen la tarea de reconstruir el discurso jurídico y de evolucionar la forma en la que toman decisiones, porque es tiempo de que se automatice lo que sea automatizable para que los abogados inviertan sus esfuerzos en la generación de valor para el cliente y para todo el sistema judicial.
“Hoy, el sector legal ha abierto las puertas a la tecnología y a la digitalización; sin embargo tenemos un largo camino que recorrer ya que los retos para la innovación y la implementación de Inteligencia Artificial en el sector legal van desde adecuarse a las regulaciones de cada país para cumplir con la normatividad vigente”.
Asimismo, el especialista plantea la necesidad de evangelizar y hacer entender a las nuevas generaciones de abogados que la tecnología es su aliada; conocer las reformas al sistema jurídico de cada país y lograr que tanto los proveedores de servicios legales como las instituciones de justicia estén convencidos de que la tecnología es un aliado para que la administración de la justicia sea más eficiente.
“El debate está abierto, y no hay duda de que el mejor abogado del siglo XXI será aquel que abrace la innovación y le da la bienvenida a un mundo de algoritmos y robots donde la justicia es asequible y accesible para todos”.
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