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En la década que nace, el término Inteligencia Artificial (IA) será cada vez más usado y será pieza protagónica en diversos y sorprendentes productos y servicios; sin embargo, en la vida cotidiana nos relacionamos con esta tecnología más de lo que pensamos pues está presente en servicios comunes como el correo eléctrónico, plataformas de streaming e incluso nuestras redes sociales.
“Aunque para mucha gente suena como a ciencia ficción, la realidad es que la Inteligencia Artificial se encuentra muy desarrollada al grado que tú, lector, seguramente has hecho uso de ella infinidad de veces durante el día a día y no necesariamente eres consciente de ello”, señala Erika Domínguez, directora de Planeación Estratégica de Kio Networks.
Lo que hace posible que esta tecnología sea parte de la vida diaria, explica la especialista, es Machine Learning (Aprendizaje de Máquina), una subdivisión de la Inteligencia Artificial, cuya principal característica es la capacidad de “aprender” a través de algoritmos que analizan grandes cantidades de datos y generan predicciones. Entre más información reciba, más refinado es el algoritmo y los resultados son cada vez más precisos.
Esto es evidente en servicios como el correo electrónico, pues el simple hecho de no recibir miles de correos basura o “spam” es posible gracias a los algoritmos basados en Machine Learning que analiza palabras y mensajes que fueron previa y constantemente catalogados por otros usuarios como contenido no deseado.
“Por otro lado también son capaces de predecir el resto del texto que estás escribiendo y completarlo automáticamente, sugiriendo no sólo palabras, sino frases completas”.
Si alguna vez te has preguntado cómo es que las plataformas de streaming conocen los gustos y sugieren lo más adecuado para el usuario, la respuesta es sencilla: La Inteligencia Artificial.
Estas aplicaciones, explica Erika Domínguez, cuentan con grandes cantidades de datos de los contenidos que han visto todos los usuarios y mediante métodos estadísticos identifican patrones de consumo similares.
Las redes sociales son otro gran ejemplo de cómo la IA es más común de lo que se puede pensar, pues estos servicios también hacen uso de algoritmos para definir, identificar y correlacionar las ofertas de miles de empresas con características similares a los perfiles de los usuarios.
Así, desde la experiencia profesional, aptitudes, los estudios, hasta los comentarios y publicaciones que se comparten; entre más real y completa sea la información mejores grados de compatibilidad habrá.
Otra aplicación cotidiana de la IA es el reconocimiento de imágenes. Desde los smartphones con identificación facial para desbloquearlo, hasta los buscadores de internet, utilizan el algoritmo de Machine Learning denominado CNN (Convolutional Neural Networks) que fragmentan la imagen permitiendo detectar patrones similares para dar un resultado sobre la búsqueda.
Por otro lado, es cada vez es más común contar con asistentes de voz que permiten dictar casi cualquier pregunta o comando; en este caso, el algoritmo reconoce el lenguaje natural y las palabras clave para dar un resultado preciso en acciones como realizar una búsqueda sobre internet, reproducir una canción, conocer el estado del clima o que lea las noticias.
“Si bien existen controversias y posturas encontradas sobre el uso de la Inteligencia Artificial, la realidad es que está revolucionando el mundo, con acciones inimaginables en el pasado, e incluso, inimaginables hoy en día y que seguramente veremos desarrollarse en los próximos años. Todo depende el uso que nosotros mismos le demos”.
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