En AL 10% de la población más rica gana 14 veces más que 40% de la más pobre
La digitalización es uno de los mayores incentivos para que las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) aumenten su productividad y la calidad del trabajo que generan, lo cual tiene como consecuencia la reducción de la desigualdad en América Latina y El Caribe, señaló Alicia Bárcena, Secretaría Ejecutiva de CEPAL.
En la región, este tipo de empresas representan 61 por ciento del empleo pero solo suponen 29 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual refleja las limitaciones que enfrentan como problemas de acceso al crédito para financiar la incorporación de nuevas tecnologías en los procesos productivos.
Para secretaria ejecutiva de la CEPAL, la digitalización de la economía provocará en este siglo un cambio de paradigma similar al que generó la electricidad en el siglo XIX con la Revolución Industrial.
Para que esta transformación llegue con fuerza a la región, se requiere un compromiso de los sectores público y privado con el fin de establecer estándares y regulaciones comunes y de invertir en infraestructura para potenciar el acceso a conexiones de banda ancha, apuntó.
En la actualidad, refirió, en la región los ingresos del 10 por ciento más rico de la población son 14 veces superiores a los del 40 por ciento más pobre, una desigualdad estrechamente vinculada con las brechas de productividad existentes entre las grandes empresas y las Pymes.
Frente a ello, es fundamental sostener la visión a largo plazo plasmada en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en septiembre de 2015, y entre cuyos 17 objetivos se encuentran la promoción del crecimiento económico sostenible y el pleno empleo (ODS 8) y la reducción de la desigualdad en y entre los países (ODS 10).
El avance de la digitalización facilita además la integración de las mujeres al mercado laboral, promoviendo así la igualdad de género, a la que está consagrada el quinto ODS.
Para la implementación de la Agenda 2030 en la región, la CEPAL propone un gran impulso ambiental a través de inversiones en sectores clave que permitan reactivar el crecimiento, generar empleos de calidad y combatir los efectos del cambio climático, explicó Bárcena.
“América Latina y el Caribe debe además dejar atrás la cultura del extractivismo, basada en la explotación de los recursos naturales, para avanzar hacia una cultura de la sostenibilidad”.
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