En contingencia, el impacto es grave.
Rastrear movimiento de clientes, escuchar llamadas, interceptar mensajes SMS, usurpar identidades digitales e incluso interrumpir el servicio por medio de ataques de denegación de servicio, son algunas de las vulnerabilidades de las redes móviles que pueden ser explotadas por la ciberdelincuencia.
De acuerdo con un estudio realizado por Positive Technologies en colaboración con 28 operadoras móviles en Europa, Asia, África y América Latina las redes móviles se volvieron aún más vulnerables a ataques cibernéticos en los últimos tres años.
En opinión de Giovani Henrique, director de la compañía para América Latina, esto significa que los clientes de los operadores móviles también están más expuestos a riesgos; en plena contingencia por la pandemia de COVID-19, la seguridad debe ser una prioridad del proyecto de red.
“En el cuadro actual, un DoS es mucho más grave que una conexión lenta a Internet, ya que puede, eventualmente, interrumpir el tratamiento médico de diversas personas afectadas por el coronavirus. La no recepción de SMSs del(os) gobierno(s) local con alertas sobre la pandemia también es otro ejemplo”.
Para evitar adecuadamente las amenazas de señalización, especialmente durante la pandemia, Henrique destaca que el tráfico que sobrepasa los límites de la red debe ser constantemente monitoreado y analizado, y las amenazas potenciales y errores de configuración deben ser identificados.
Para esto, las operadoras requieren del empleo de sistemas especiales que analicen el tráfico de señales en tiempo real y detecten actividades ilegítimas de hosts externos; estas soluciones bloquean mensajes ilegítimos sin afectar el desempeño de la red o la disponibilidad del suscriptor.
“Esto hará que las operadoras protejan a los suscriptores durante este periodo donde servicios confiables de telecomunicaciones resultan tan críticos en todo el mundo para asistir en el combate a la pandemia”.
C$T-GM