Dos sectores con bajo riesgo de automatización.
En la actualidad, más de 11 millones de personas en América Latina y el Caribe trabajan como maestros, médicos y enfermeros; aunque las previsiones relacionadas con la Cuarta Revolución Industrial plantean un panorama complejo para el mercado laboral en su conjunto, la educación y la salud son considerados por el BID como los sectores del futuro.
En la segunda entrega de la serie El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) refiere que en los últimos 40 años, el número de maestros, médicos y enfermeros en la región se cuadriplicó, y los ingresos de estos profesionales crecieron de manera notable en los últimos 15 años, tanto en términos reales como en relación con lo que se observa en otras ocupaciones.
“Los empleos en educación y salud son empleos de buena calidad, especialmente para mujeres. Y van a seguir creciendo. Nuestras proyecciones indican que, bajo supuestos razonables, la región necesitará 10.3 millones de maestros, 2.4 millones de médicos y 6.2 millones de enfermeros en los próximos 15 años”.
Para explicar la expectativa de este crecimiento, el BID señala que a diferencia de los trabajos en muchas otras ocupaciones, los empleos del sector social tienen una baja probabilidad de ser automatizados.
“Muchas de las tareas que realizan maestros, médicos y enfermeros exigen una serie de habilidades interpersonales que difícilmente pueden ser reemplazadas por la inteligencia artificial”.
Otra razón es que la región se encuentra en un proceso de envejecimiento acelerado. Por ejemplo, en Chile la proporción de adultos mayores de 65 años se duplicará en los siguientes 20 años, pasando del 10 al 20 por ciento de la población; una transición que en Alemania duró 60 años (entre 1950 y 2010). Este segmento de la población, subraya el BID, requiere de más servicios de salud y cuidado, y esto, a su vez, se traducirá en una mayor demanda de profesionales.
“Por último, a pesar de los avances en la cobertura del sistema educativo, todavía hay margen para aumentar la matrícula, en particular, en preescolar y secundaria. Además, estimamos que, como ha sucedido hasta la fecha, el número de niños por maestro continuará disminuyendo. Estas dos tendencias -el incremento en la matrícula y que haya menos niños por maestro- se traducirán en un aumento en la demanda de maestros en la región”.
En resumen, se esperan aumentos notables en la demanda de servicios de salud y educación. Además, una proporción importante de los médicos, enfermeros y maestros que hoy hay en la región pasarán a la edad de jubilación en los próximos años.
“Estos cambios implican que una tercera parte de los maestros que habrá dentro de 15 años, y casi dos terceras partes de los médicos y enfermeros, son personas que todavía no han empezado su vida laboral”.
Más de la mitad de ellos ni siquiera ha comenzado a estudiar su carrera; sin embargo, enfatiza el BID, la clave es asegurar que estos nuevos profesionales tengan las habilidades y la formación que necesitan para ser los maestros, médicos y enfermeros del futuro.
El BID refiere que tres de cada cuatro profesionales de la educación y la salud en la región son mujeres; cuando asegura que los empleos en educación y salud son empleos de buena calidad, especialmente para esta población, lo hace a partir de la estadística que señala que la brecha salarial de género es menor que en otras ocupaciones.
“De todas las profesionales que hay en la región, el 22 por ciento trabaja en el sector social. Al igual que en otras regiones, las mujeres ganan menos que los hombres. Sin embargo, la brecha salarial de género entre los trabajadores con educación postsecundaria es menor en los sectores sociales (alrededor del 10 por ciento) que en otras ocupaciones (28 por ciento en promedio)”.
C$T-GM