La 5G traerá consigo importantes beneficios.
La ausencia de una estrategia clara en la implementación de sistemas de videovigilancia para seguridad pública y el desaprovechamiento de la información generada por este tipo de equipos, son algunos desafíos que las grandes urbes deben superar si realmente desean que la tecnología sea una aliada y no la fuente de nuevos problemas por resolver.
En opinión de Manuel Zamudio, Industry Associations Manager de Axis Communications para México, si bien diversos países de América Latina reconocen el potencial de las tecnologías de videovigilancia, no siempre existe una
alineación entre las expectativas de uso del sistema y su implementación.
«En ocasiones no se instalan los equipos necesarios o en los sitios adecuados para resolver problemas, además, la información que generan estos equipos no se usa como debería. A veces no hay un proyecto con un objetivo que se desarrolle, solamente se implementan los equipos de videovigilancia suponiendo que por sí mismo va a tener un decremento de incidentes de manera automática».
Si bien la instalación de cámaras en las calles de algunas ciudades contribuyó a una disminución en la tasa de actos ilícitos, también es cierto que se generó una especie de «efecto cucaracha», pues los delincuentes se replegaban a las zonas donde no había vigilancia.
«Ante estas situaciones, otro de los retos es que, a veces, no existe una planeación y estudio causal de las razones y problemas que están incrementando los incidentes delictivos, por lo tanto es difícil poder cuantificarlos, sobre todo en contextos donde los delitos no se denuncian».
Para el especialista, la reducción de estos desafíos depende en buena medida del análisis que se haga de diferentes soluciones tecnológicas, su viabilidad y el tipo de infraestructura necesaria para garantizar una seguridad pública más eficaz; en ese sentido, el aprovechamiento de la experiencia de otros municipios o ciudades es clave para tener a la mano esa curva de aprendizaje y con ello obtener un beneficio en el retorno de inversión.
Tener claro que la función de los sistemas de videovigilancia tiene un carácter preventivo y no necesariamente disuasivo, añadió, es un elemento que no debe pasarse por alto; un ejemplo de ello es cuando este tipo de tecnología ayuda a prevenir accidentes pues es posible ver un vehículo detenido en vía rápida, en un paso desnivel o en sentido contrario.
«Al día de hoy una cámara puede estar viendo una calle, un acceso, un estacionamiento y estar leyendo las placas de un auto, en ese momento encuentra una coincidencia y sabe que esa matrícula debe acceder al estacionamiento. Otro ejemplo de los beneficios de un sistema de videovigilancia es en un campus universitario, con una población estable y en un territorio definido… se pueden automatizar estacionamientos, el acceso remoto a salones y clases a través del control de acceso y reconocimiento fácil».
Zamudio reconoció que la llegada de la Quinta Generación (5G) de las redes móviles representará una serie de beneficios adicionales, pues además del incremento del ancho de banda, se verá una considerable reducción en la latencia, lo que permite que los videos se vuelvan prácticamente instantáneos, es decir, en vivo.
«Esto va a permitir tener una analítica preventiva o reactiva, además permite utilizar las analíticas de video para otros tipos de mercados, por ejemplo una cámara a bordo de vehículos automatizados, donde de manera remota un operador podría estar controlando todos los vehículos. Las posibilidades en el futuro mediato o largo plazo son muy altas, ya que tendríamos muchas veces la capacidad de transmisión de datos con una latencia prácticamente nula».
En América Latina existen casos dignos de destacar como el de la ciudad de Huaraz, Perú, donde la policía logró mejorar su tiempo de respuesta y la eficiencia en la atención en diferentes áreas de la comunidad, lo que ha permitido ser más eficiente en la prestación de los servicios.
En la ciudad de Maceió, Brasil, refirió, las cámaras identifican a los vehículos con sus matrículas y han permitido, no sólo la prevención de actos listos a bordo de vehículos con reporte, sino que han logrado rescatar una víctima de secuestro.
Otro caso es el de la ciudad de Detroit en Estados Unidos que se logró una reducción en el número de crímenes del 50 por ciento, a través de una combinación de participación pública y privada, donde los particulares utilizaron sus cámaras instaladas en sus negocios para transmitir sus videos a los centros de vigilancia de la policía, de esa manera las autoridades se daban cuenta de qué tipo de asistencia, en dónde la necesitaban y con qué magnitud.
El directivo de Axis Communications subrayó que México también tiene un ejemplo positivo en León Guanajuato y en Puebla, pues al realizar combinaciones público privadas se ha logrado una disminución de la delincuencia en una medida considerable.
C$T-GM