La eventual ausencia de un comisionado no implica riesgo alguno para las decisiones del Pleno
Luego de dos años y cinco meses, el próximo lunes 29 de febrero Fernando Borjón concluye su periodo como integrante en el Pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y tal como lo establece la reforma en telecomunicaciones, cederá su posición a un nuevo comisionado.
“Sé que éste será un proceso intenso que requiere de mucho trabajo, esfuerzo y compromiso”, anticipaba Fernando Borjón el 5 de septiembre de 2013 ante los senadores, que días después ratificarían su postulación al cargo de comisionado del naciente Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), y no se equivocaba.
Si bien conocía de las turbulencias de esta industria desde su posición como director de la Unidad de Radio y Televisión en la extinta Cofetel, Borjón tenía claro que echar a andar la maquinaria regulatoria diseñada a partir de la Reforma constitucional de Telecomunicaciones y Radiodifusión representaría un desafío mayúsculo.
“Ha sido un ritmo muy intenso y los tiempos que sean necesarios en lo personal tomar, se tomarán, así lo he platicado con la familia y así vemos el futuro y lo hacemos de manera optimista”, comenta a Con$umoCuidado el primer comisionado saliente del Pleno conformado en septiembre de 2013.
La declaración de Agentes Económicos Preponderantes y el establecimiento de medidas asimétricas, el diseño de la licitación para conformar dos nuevas cadenas de televisión abierta, el desarrollo de la política de transición a la Televisión Digital, son solo algunos de los grandes temas en los que como comisionado del órgano regulador participó de manera activa.
Aun cuando Borjón dice no tener un futuro predeterminado en materia laboral, lo cierto es que la experiencia adquirida a lo largo de 18 años por el funcionario representan “oro puro” para la iniciativa privada y organismos internacionales.
“Ha habido pláticas a nivel nacional e internacional, estoy abierto siempre respetando la ley y viendo un sector muy activo, hay proyectos que se están armando hacia el futuro, yo creo que ahí podré colaborar en algunos de ellos, espero que así sea y que los comentarios positivos se vuelvan ofertas, porque vivo de mi trabajo”.
La actividad de Borjón en el ámbito internacional no ha sido menor: en 2010 presidió la Conferencia de Plenipotenciarios de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), y de ese mismo año hasta 2012, fue presidente del Consejo de ese mismo órgano.
“Al haber reglas de contacto no es un asunto fácil –establecer posibles relaciones laborales-, como ingeniero soy muy ortodoxo en la aplicación de reglas, trato de ser coherente y respetuoso de la ley, y la primera regla que respeto es la de contacto”.
Para el maestro en Ciencias en Sistemas Industriales por la Universidad de Brunel, Reino Unido y licenciado en Ingeniería Biomédica por la Universidad Iberoamericana, el balance de su gestión como comisionado en el IFT es positivo.
“Al término de la vigencia de este encargo veo que los resultados son buenos, pero hay que decir que no son sólo míos, sino del IFT y de su Pleno, una institución es fuerte por su forma de proceder como institución y no de las personas”.
En octubre de 2015, el presidente Enrique Peña Nieto recibió por parte del Comité de Evaluación las listas con los nombres de los cinco aspirantes que lograron las calificaciones más altas en el examen, para ocupar la vacante de comisionado en el órgano regulador.
Con base en dicho documento, el jefe del Ejecutivo propondrá al Senado de la República a la persona que considera idónea para ocupar el cargo para un periodo de nueve años, que iniciaría el próximo martes 1 de marzo, una designación que hasta el momento no ha sucedido.
En opinión de Borjón, la ausencia de un comisionado por el tiempo que tarde el proceso de nombramiento, no implica riesgo alguno para las decisiones y actividades del Pleno, pues quedan cinco integrantes experimentados y un comisionado-presidente que conduce el IFT con certeza, y que además cuenta con voto de calidad.
“Si yo me voy, no se acaba el mundo por supuesto, si fuera así me sentiría muy triste porque significaría que no ayudé a construir una institución y fracasé, pero definitivamente no es así, mis colegas en el Pleno son personas de gran capacidad y quien entre seguramente lo será, porque se sometió a un procedimiento de elección muy estricto”.
C$C-GM