Necesario que gobierno otorgue más incentivos.
Si bien el gobierno mexicano ha hecho importantes esfuerzos para cerrar la brecha digital, las comunidades pequeñas y alejadas de las grandes ciudades aún registran un fuerte rezago en materia de conectividad, lo que representa dejarlas al margen de los beneficios que traen consigo tendencias como el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
En opinión de Moisés Montaño, director regional de ventas de Ruckus Networks en Latinoamérica, existe una combinación de factores que hacen complicado contar con la infraestructura necesaria para conectar las zonas rurales en el país como, por ejemplo, que no son zonas comercialmente atractivas para los proveedores de acceso a Internet, tener una baja densidad de población, en algunos casos estar demasiado alejadas y el bajo nivel adquisitivo de los habitantes.
«Actualmente hay más internautas que se conectan en lugares públicos, lo que indica una clara tendencia de que el país requiere más puntos de acceso públicos», refirió.
Para ello, el gobierno debe jugar el papel principal tanto en la definición de programas de financiamiento, como en la creación de incentivos para que empresas y particulares aumenten su participación voluntaria en sectores particulares como los rurales.
«Muchas zonas rurales en nuestro país dependen de la agricultura y/o la ganadería, el Internet de las Cosas hace posible aplicar la tecnología a estos sectores. Por ejemplo, con una red WiFi se pueden instalar sensores conectados a la red inalámbrica en los campos de cultivos, lo cual permite conocer el nivel de irrigación a nivel subterráneo o cómo responden las plantas a las condiciones ambientales».
En lo referente a granjas y ganadería, ya es posible observar soluciones para colocar sensores de salud en los animales, estudiar patrones de comportamiento y detección de depredadores, entre otras aplicaciones que son de gran utilidad.
Para Montaño, es fundamental que en las comunidades alejadas se debe proporcionar una conexión con el mismo nivel de servicio que se brinda en las grandes ciudades, sobre todo si de esta conectividad van a depender servicios de educación y de salud. Es decir, que la infraestructura ofrezca la máxima disponibilidad y la velocidad para soportar las aplicaciones que serán de primordial importancia.
«Como el reto es llevar la conexión de Internet a las zonas alejadas, la distancia es el principal obstáculo que superar. Lo ideal es tener acceso vía fibra óptica aunque en algunos casos el costo puede ser muy alto y resultar inviable. Sin embargo, dicha infraestructura debe plantearse como el objetivo final. De manera temporal se puede iniciar con infraestructuras de medios satelitales, microondas y LTE».
Para el directivo, es importante tener presente que en un proyecto de esta naturaleza se deben considerar equipos de redes WiFi robustos de clase empresarial, pues los dispositivos de bajo costo no tienen la capacidad requerida ya que la señal se degrada con pocos equipos conectados, en tanto que su durabilidad y resistencia a las condiciones del clima provocaría fallas continuas.
«Elegir los mejores dispositivos de conectividad evita generar altos costos de operación y mantenimiento, lo cual es uno de los objetivos principales de una iniciativa de esta naturaleza. El reto es grande pero los objetivos y resultados valen la pena. Es un esfuerzo del que todos nos sentiremos orgullosos».
C$T-GM