Seguridad es un elemento crucial.
El despliegue de la Quinta Generación (5G) de internet móvil, que de acuerdo con datos de la GSMA representará más de 15 por ciento del total de las conexiones hacia el 2025, enfrenta diversos desafíos relacionados con el marco regulatorio y la seguridad; sin embargo, el nivel de inversión se coloca como el primero y de mayor impacto.
En opinión de Giovani Henrique, director general de Positive Technologies para América Latina, la infraestructura representará alrededor del 70 por ciento de las inversiones en 5G, pues esta nueva generación exigirá un número de antenas entre cinco y 10 veces mayor que el necesario para 4G y todas ellas deben estar conectadas por fibra óptica.
“Para hacer 5G una realidad, las operadoras latinoamericanas tendrán que disponer de recursos para adquirir licencias de espectro, invertir fuertemente en infraestructura y tener garantía de retorno sobre ese capital”.
Por otra parte, la inversión también debe ser sostenida a lo largo del tiempo para atender a la demanda cada vez mayor de servicios por usuarios finales, toda vez que la industria todavía no monetiza las inversiones destinadas a 4G en América Latina.
Con más de 40 operaciones comerciales lanzadas alrededor del mundo, la quinta generación de internet móvil promoverá una verdadera revolución en las comunicaciones, industria, entretenimiento, medicina y otros segmentos; la GSMA estima que el número de conexiones 5G alcanzará 1.4 mil millones para 2025, nivel equivalente al 15 por ciento del total de conexiones.
En materia regulatoria, el directivo señala que América Latina presenta un marco favorable para la implementación del 5G, un punto esencial para que las operadoras tengan espectro suficiente en las bandas identificadas para ese uso y que los procesos de adjudicación no tengan carácter recaudatorio.
“Los gobiernos latinoamericanos tienen todo el interés en regular y estimular la tecnología, que tiene potencial de modernizar varias industrias, mejorar la calidad de varios servicios y generar empleos”.
Además de ampliar el acceso y mejorar la experiencia del usuario en las redes de telecomunicaciones, 5G ofrecerá nuevos recursos, como las comunicaciones masivas máquina-máquina, que harán a la Internet de las Cosas (IoT) una realidad.
Mientras tanto, la quinta generación también ampliará considerablemente el perímetro que las operadoras móviles necesitarán proteger, por lo que toda esta inversión debe estar acompañada por una buena estrategia de análisis de vulnerabilidades y atenuación de riesgos de ciberataques.
“Incidentes con la seguridad no solo causan perjuicios y afectan a los usuarios, sino que también perjudican la marca, influyen en los precios de las acciones e impactan negativamente en el ingreso de las operadoras.
En opinión del directivo, la industria móvil espera un marco regulatorio adecuado para que 5G alcance todo su potencial, pero las operadoras también necesitan garantizar la calidad y seguridad de los servicios a los clientes.
Si bien los esfuerzos del sector y de la concientización de las operadoras sobre cuestiones de seguridad han sido importantes, el 78 por ciento de las redes de telecomunicaciones son vulnerables a ataques, ante lo cual las operadoras necesitan mantener sus políticas de seguridad actualizadas para que las redes de quinta generación estén protegidas desde el primer día.
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