El nivel de ingresos, el aprovechamiento educativo, edad, etnicidad y género, son algunas de las variables estructurales que intervienen en la brecha digital.
En un estudio reciente, especialistas como Martin Cave, Rubén Guerrero y Elisa Mariscal, lo ponen en contexto: En la medida que el acceso al internet de banda ancha siga siendo desigual, los beneficios del dividendo digital quedarán confinados a los hogares de mayores ingresos.
Por el lado de la oferta, refieren, la brecha digital nacional alcanza cuando menos 17 por ciento para servicios 3G o 4G. A nivel estatal la brecha puede llegar hasta 50 por ciento, con las mayores diferencias presentes en Oaxaca, Chiapas y Guerrero, los estados con mayor población en condición de pobreza.
En términos de demanda, la brecha está presente en promedio, en 41 por ciento de la población mayor de 6 años; siendo Tlaxcala el estado que presenta la diferencia más significativa, con 59 por ciento.
La brecha digital es un fenómeno vigente, costoso y con un impacto negativo del que tenemos que hablar y actuar para eliminarla.
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