Necesario conocer la dimensión de la brecha digital.
En México prevalecen restricciones de acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), particularmente el internet de banda ancha, ausencia generada por factores de oferta y demanda que se ligan negativamente a brechas añejas, relacionadas con el ingreso, la educación y la salud, una mezcla que puede propiciar “que la pobreza pueda perdurar en el país”.
“A pesar de que el PIB per cápita (en México) se ha incrementado en años recientes, los niveles de pobreza se han mantenido estables. Esto nos indica que los beneficios del crecimiento se han concentrado en la población de mayores ingresos, sin filtrarse hacia los más pobres”, son algunos de los registros detectados en el estudio, “Cerrando la brecha digital en México: Una visión inside-out y outside-in de competencia y regulación”.
Elaborado por los investigadores Elisa Mariscal, Rubén Guerrero, y Martin Cave, el estudio señala rasgos socioeconómicos y geográficos de zonas con rezago en conectividad digital, una revisión de las políticas públicas que han intentado cerrar esta brecha, además de los principales grupos beneficiarios que se tendrían de superar el cierre de esta brecha.
Refieren que de acuerdo con el Banco Mundial destaca cómo la digitalización de la economía genera efectos positivos con impacto en el crecimiento económico y el sector productivo que puede lograr modernizar sus procesos de manufactura, reducir costos de transacción y búsqueda en el comercio; incorporar áreas remotas del país; optimizar recursos; estimular el surgimiento de nuevos modelos de negocio y otras ventajas competitivas.
Pero con la digitalización también las personas se pueden ver favorecidas en ámbitos como la socialización, el aprendizaje, la salud preventiva, servicios públicos e incluso generar una nueva interacción con el gobierno, todo ello acompañado de aspectos de inclusión, mayor eficiencia, e innovación.
En el documento, los investigadores del CIDE y el Economista Martin Cave, advierten que mientras el acceso al internet de banda ancha continúe siendo desigual, los beneficios del dividendo digital seguirán limitados a los hogares de mayores ingresos.
“Para México esto significa que, a largo plazo, la falta de oportunidades de acceso a internet de banda ancha seguirá profundizando las desigualdades sociales. Además, dada la creciente importancia del acceso a esta tecnología en las actividades económicas, será cada vez más difícil desarrollar estrategias y medidas concretas que permitan reducir los niveles de pobreza”.
México registra uno de los niveles más bajos de cobertura de internet de banda ancha, tanto fija como móvil, respecto de los naciones que pertenecen a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE); en internet de banda ancha fija, tiene 13.9 líneas por cada 100 habitantes, muy por debajo de las 30.4 que reporta el promedio de los países de este bloque económico.
En materia de conexiones de banda ancha móvil, el nivel es de 66.5 contra 102.4 suscripciones por cada 100 habitantes de la OCDE, aunque México cuenta con la segunda tasa de crecimiento más elevada en términos de nuevas suscripciones en el periodo 2012-2017, con un incremento del 218 por ciento, sólo por debajo de Colombia.
“El impacto del internet sobre la vida de las personas será mayor en medida que éste sea utilizado para otros fines además del entretenimiento, como por ejemplo: compras en línea, investigación, vinculación con el gobierno,por lo que es necesario que tanto empresas como gobiernos den inicio a un proceso de digitalización que permita la realización de diversas actividades en la red”.
Martin Cave, asegura que lograr un aumento del 5.0 por ciento anual en términos de suscriptores a internet de banda ancha móvil, lo que sumado a una adopción generalizada de la tecnología 4G, permitirá al país obtener un patrón de crecimiento anticipado para el año 2020, lo cual podría adicionar hasta 4.0 por ciento al PIB.
“Para poder desarrollar una estrategia dirigida a eliminar la brecha digital, el primer paso debe ser comprender la dimensión de dicha brecha y localizar aquellas áreas donde el problema es más severo”, destaca la investigación entre otros factores detectados.
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