A partir del consentimiento y privacidad del usuario.
En una etapa en que el riesgo de rebrotes del coronavirus SARS-CoV-2 está surgiendo en regiones y ciudades que consideraban haber controlado los contagios, crece la necesidad de crear experiencias sin contacto o contactless, donde el rostro de una persona sea suficiente para realizar el retiro de efectivo de un cajero, pagar en el supermercado, o regresar al trabajo bajo entornos de mayor seguridad, evitando contagios.
Factores estacionales como la llegada del otoño, junto con la temporada de influenza, están complicando también la vida cotidiana de las personas y de las organizaciones en México, donde la nueva convivencia detonada por el COVID-19 exige evitar tocar cualquier superficie para impedir la transmisión y los contagios.
Una tecnología idónea para atender las necesidades de los entornos contactless es la biometría facial, cuyos adelantos permiten hoy verificar la identidad de personas usando Inteligencia Artificial, sin necesidad de accesos o contraseñas tradicionales, o el contacto físico.
La tecnología biométrica comprueba científicamente que hay elementos únicos e irrepetibles en cada individuo, de tal forma que dichos elementos representan la única alternativa, técnicamente viable, para identificar a una persona sin necesidad de recurrir a firmas, passwords u otros códigos que sean susceptibles de ser transferidos o descifrados para fines diferentes a la autenticación positiva.
El punto clave de las empresas de reconocimiento facial reconocidas en el campo de los biométricos es que sustentan su aplicación y funcionamiento a partir del consentimiento y la privacidad del usuario, además de que cuentan con un nivel de seguridad grado bancario.
El desarrollo de estas plataformas tecnológicas garantiza un retorno seguro y efectivo para el funcionamiento de todo tipo de industrias, incluyendo aquellas que se caracterizan por tener personal en sitio y con una alta interacción social, desde los servicios (hoteles, restaurantes, aviación, transporte), hasta las manufacturas, incluyendo el sector automotriz, o la edificación de infraestructura.
Bajo la nueva normalidad en el último tramo de este año, donde los países alrededor del mundo siguen aprendiendo cómo manejar la pandemia y donde
80 por ciento de los casos de personas infectadas pueden ser leves o asintomáticos
, lo que dificulta su identificación; los biométricos se están usando en la prevención y el control de la pandemia de manera segura y cómoda por empleados, empleadores, clientes y usuarios.
La economía debe recuperarse y la biometría facial es un recurso valioso para facilitar un regreso seguro para las personas, al mitigar entre otras cosas, de manera segura y efectiva los contagios por COVID-19.
En el campo de la salud, estas plataformas tecnológicas ayudan a garantizar, dentro de las organizaciones, el cumplimiento continuo de protocolos de prevención, que van desde el uso de cubrebocas, gel antibacterial, la aplicación de cuestionarios de síntomas, hasta pruebas de laboratorio clínico, con el fin de detectar si la persona está libre del virus, ha contraído el COVID-19 o ha desarrollado anticuerpos.
Este conjunto de medidas, además, sigue las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros de Prevención y Control de Enfermedades.
C$T-GM