Han pasado poco más de dos años desde que hay un nuevo Gobierno federal en México y el país parece no avanzar mucho en cuanto al acceso a internet.
El más reciente censo poblacional del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) hecho en 2020 reveló que en México el promedio nacional de acceso a Internet es del 52.1 por ciento de una población que alcanza ya los 126 millones de personas.
Mientras 65.6 millones de personas en el país gozan de acceso a internet, otros 60.4 millones no tienen la capacidad económica para conectarse al mundo digital.
Mucho se ha hablado de la necesidad de desarrollar más redes de Telecomunicaciones, como torres y fibra óptica, una situación que sin duda hace falta, sin embargo, la falta de acceso a internet en el país no se trata de cobertura del servicio, sino de la falta de recursos económicos de quienes hoy no tienen conectividad.
En palabras simples, la gente no se conecta porque no tiene dinero para contratar un servicio de internet, y menos para adquirir un teléfono inteligente, una tableta o computadora.
Este 2021 el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dará a conocer las cifras sobre pobreza actual en el país, sin embargo, aquellas que presentó en 2018 nos dan un panorama claro que hace «Match» entre el número de desconectados y las personas que viven en situación de pobreza.
Recuperemos la cifra de personas sin acceso a internet que publicó el INEGI para 2020 que es de 60.4 millones.
Ahora, de acuerdo con el Coneval en 2018 había 52.4 millones de mexicanos en situación de pobreza. A este número hay que sumarle otros 9.3 millones de personas que viven en pobreza extrema.
La suma de personas en situación de pobreza ronda los 61.7 millones, prácticamente la misma cifra de personas sin acceso a internet que publicó recientemente el INEGI.
La estrategia para dar conectividad a los mexicanos que hoy no la tienen debe ser distinta a la que se implementó en los años anteriores, pues efectivamente, con el desarrollo de las redes y la ampliación de cobertura se logró alcanzar a aquellos que de alguna manera tenían la posibilidad de adquirir servicios y dispositivos, se conectó sobre todo a aquellos en ciudades y que no estaban en condiciones de pobreza.
En 2012 había 40.9 millones de usuarios de internet, de acuerdo con el INEGI, mientras que en 2018 había 74.3 millones, es decir, en el sexenio anterior se conectó aproximadamente a 33.4 millones de personas, es decir, un promedio de 5.5 millones al año.
La brecha digital en México no se trata de infraestructura y cobertura de las redes, pues incluso los operadores móviles como Telcel y AT&T tienen redes que superan el 90 por ciento de cobertura poblacional.
La estrategia para alcanzar a los actuales desconectados tendría que ser diferente, pues se debe considerar entre otras cosas, que son personas que se encuentran en zonas alejadas, sí, pero también son aquellas que en sus prioridades se encuentra simplemente la alimentación y no la conectividad.
Por ejemplo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha propuesto a los gobiernos de la región, entre ellos México, crear una canasta básica de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TICs) que debe incluir una computadora, una tableta o un smartphone, y un plan de conexión.
La tarea para cerrar la brecha de conectividad en México pinta muy complicada para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sobre todo si vemos que no parece tener una estrategia integral que incluso prevea la educación para el uso de herramientas digitales.
El Gobierno debe comenzar por entender que las Telecomunicaciones y la Tecnología son motores para ayudar a las personas a salir de la pobreza y acelerar la economía, pues tampoco servirá de nada sólo ampliar la cobertura de las redes.
Hay muchos hilos sueltos, que de no atarse, en definitiva ni de chiste lograrán alcanzar los treinta y pico millones de nuevos internautas que se alcanzaron en el sexenio anterior.
C$T-EVP