«Fake news» y control algorítmico generan exclusión.
En un escenario regional de vulneración de derechos y retrocesos bajo el pretexto de una legislación actual y convergente, los derechos de la audiencias conquistados en el siglo XXI, se encuentran en riesgo; ante lo cual es fundamental que las Defensorías se conviertan en una herramienta clave en este mundo analógico que convive, interactúa y confluye con la era digital.
De acuerdo con la Declaratoria del V Congreso de la Organización Interamericana de Defensoras y Defensores de Audiencias 2018, el aumento de la concentración comunicacional; la derogación e intentos de acotar las legislaciones promotoras del derecho humano a la comunicación; el control gubernamental y la precarización de los medios públicos, así como las constantes estrategias de silenciar las voces opositoras, conspira contra las democracias.
Además, la falta de políticas públicas de desconcentración comunicacional, promoción de la comunicación comunitaria, alternativa y popular, de pueblos originarios, sistemas públicos y universitarios, recrudece la crisis.
«Fenómenos como las falsas noticias o fake news, y el control algorítmico de acceso y distribución de la comunicación, generan nuevas exclusiones sociales, políticas y comunicacionales, que deben ser tenidas en cuanta para la elaboración de acciones específicas».
Las y los defensores de audiencias, así como especialistas de los derechos de las audiencias y referentes de organizaciones sociales coincidieron que este escenario de vulneración de derechos y retrocesos en la regulación bajo el pretexto de una legislación actual y convergente, ponen en riesgo los derechos de las audiencias, conquistados en el siglo XXI.
«Con su capacidad dialógica y pedagógica, de la que da cuenta numerosas experiencias en la región, las nuevas Defensorías de las Audiencias de América Latina se proponen como puente y enlace estratégico de los ciudadanos para la democratización de la comunicación».
En ese sentido y como camino hacia la protección y promoción de la grave vulneración de derechos de las audiencias, defensores y especialistas demandaron el reconocimiento de la comunicación como derecho humano, con políticas públicas de redistribución informativa y de protección de grupos históricamente vulnerados.
«Exigimos que se ponga fin a prácticas de persecución ideológica y laboral, así como la difusión de discursos de odio, sobre todo, por parte de funcionarios y funcionarias públicas. Reclamamos el respeto de derechos de las mujeres de vivir una vida libre de violencias en todos los ámbitos, incluyendo el comunicacional, con medidas efectivas para alcanzar la equidad entre géneros».
Asimismo, se pronunciaron por la defensa, preservación y ejecución de los derechos de las infancias, hoy reconocidas sólo discursivamente pues no se plasman en contenido y programación mediática; además invitaron a las organizaciones sociales, académicas e instituciones de derechos humanos y de comunicación a sumarse a la promoción de espacios de formación y alfabetización mediática e infocomunicacional.
«Convocamos a licenciatarias y concesionarias de radio y televisión, a medios gráficos y digitales de América Latina a fundar y fortalecer Defensorías de los Públicos, autónomas, independientes, con presupuesto propio, misiones y funciones determinadas para poder realizar su labor dialógica y pedagógica».
C$T-GM