¿Quién verifica a los verificadores?
El confinamiento al que obligó la pandemia de Covid-19 impulsó que alrededor de 10 millones de personas se vieran obligadas a tener acceso a internet para poder continuar con sus estudios, actividades laborales a distancia, incluso para gozar de entrenamiento; sin embargo, gran parte esta población se integró con una mínima alfabetización digital a un escenario online donde 50 por ciento de la información está contaminada con «fake news» o noticias falsas.
“Hoy existen más mexicanos conectados a internet, gracias al Covid-19… la cifra de 40 millones es de antes de la pandemia, hoy se redujo a 30 millones, 10 millones se integraron recientemente por la coyuntura”, aseguró el profesor investigador Luis Ángel Hurtado Razo, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Entrevistado por ConsumoTIC, el especialista subrayó que si bien la crisis sanitaria está contribuyendo a cerrar la brecha digital, la incorporación de más personas al contexto online abre otros frentes potencialmente dañinos para la sociedad en su conjunto como la desinformación y la ausencia de alfabetización digital.
En abril de este año, recordó, la Organización Mundial de la Salud (OMS), comenzó a usar el término “infodemia”, para alertar a las personas sobre la cantidad excesiva de información sobre Covid-19, en algunos casos correcta y en otros no, que dificulta a las personas encontrar fuentes confiables y orientación fidedigna cuando se necesita, y en consecuencia se agrava el escenario global.
Es decir, la gente está inmersa en una gran cantidad de información, “caracterizada por la emotividad y los datos imprecisos, sobre la información que está basada en argumentos y con datos verificados. Eso es la infodemia, una infoxicación. Una gran saturación de información”, detalló.
En México, Facebook, ocupa el primer lugar en el gusto de los cibernautas pues 99 por ciento de los usuarios mexicanos de internet tiene acceso o tienen una cuenta en esta red social, es decir más de 83 millones de personas; seguida de WhatsApp, con 95 por ciento de presencia; Youtube, 89 por ciento; Instagram, 73 por ciento; Tiktok, 52 por ciento y Twitter, con 42 por ciento.
Twitter, que fue desbancada por Tiktok debido a la coyuntura del confinamiento que provocó la pandemia, representa un caso especial pues tiene la capacidad de posicionar más fácilmente los temas en la esfera pública y de que la información migre de ésta a otra red social.
¿Quién verifica a los verificadores de fake news?
En este escenario, la necesidad de verificar la información se ha hecho evidente para un amplio circulo: los usuarios de internet, gobiernos, empresas, periodistas y sociedad civil; sin embargo, ¿Quién verifica a los verificadores?
El especialista, quien también es director general de Consultoría Comunicación Aplicada, reconoció que a nivel mundial se está enfrentando el hecho de que hay un uso faccioso del término “fake news”, que apunta a su politización.
“Cuando eso sucede, cada quien, las contrapartes, ya sea de derecha o de izquierda, dan una definición propia y desde su propio punto de vista definen qué es verdadero y qué no es verdadero, y a raíz de eso la verificación o “fast checking” empieza a estar entre la espada y la pared”.
Es decir, la encrucijada ahora en el espacio público digital es a quién creerle cuando existen varios grupos que verifican las “fake news”, que han surgido a iniciativa ciudadana como incluso desde la esfera gubernamental.
Al señalar que pertenece a un grupo de verificación internacional, Hurtado Razo subrayó que en este grupo una de las grandes iniciativas es capacitar a las personas que van a trabajar en esto, porque se trata de una profesión, para la cual se necesita corroborar información de corte oficial y no oficial.
“Esto te va a permitir tener mayor neutralidad al momento de verificar y con ello podríamos tener un espectro más objetivo al momento de verificar información que se considere falsa o información que se considere como tergiversada, que no es lo mismo. La última es sacada de contexto y cada quien le da su interpretación”, expuso.
El investigador subrayó que el problema de replicar la información no verificada de las redes sociales tiene que ver con la alfabetización digital de todos, los ciudadanos, los medios de comunicación y los periodistas.
C$T-GM