Segmento tecnológico supera la crisis.
La interrupción de proyectos, caída en ventas y el deterioro en el flujo de fondos, son algunas consecuencias que enfrenta el sector emprendedor en América Latina y el Caribe en el contexto de las medidas de distanciamiento social para contener la pandemia de COVID-19.
De acuerdo con el estudio “Los ecosistemas de emprendimiento de América Latina y el Caribe frente al COVID-19”, la mitad de los emprendedores encuestados que aún no habían puesto en marcha su emprendimiento interrumpieron el proceso.
“Un 53 por ciento de los que ya vendían, dejaron de hacerlo. Si a ello se suman los que han sufrido caídas importantes de sus ventas, es posible constatar que ocho de cada 10 están siendo fuertemente afectados por la crisis”, destaca el documento elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Asimismo, 84 por ciento de los emprendedores ha visto muy deteriorado su flujo de fondos y 75 por ciento redujo su actividad productiva (la mitad ha tenido que detenerla); además, los impactos trascienden los indicadores de gestión. Por ejemplo, dos de cada tres emprendimientos ha visto decaer significativamente el ánimo del equipo emprendedor. Esta situación también alcanza a sus empleados, inclusive de forma más pronunciada (71 por ciento).
Entre las empresas que están en el mercado, las más afectadas son las de menor trayectoria, que dejaron de vender casi dos tercios de las que tienen hasta 12 meses de vida, frente a algo menos de la mitad de aquellas que tienen al menos tres años.
Por su parte, los emprendimientos del sector tecnológico y las empresas jóvenes más dinámicas estarían recibiendo el impacto en términos menos pronunciados, hasta ahora. En efecto, el 29 por ciento de las tecnológicas dejó de facturar, un porcentaje muy inferior al de sus pares del turismo y el entretenimiento (88 por ciento), así como al del promedio general (53 por ciento).
Otro tanto ocurre con las empresas jóvenes dinámicas, esto es aquellas que habían alcanzado cierto tamaño en su trayectoria previa a la crisis. Solo un tercio de las mismas había dejado de vender.
“En otros términos, la crisis está afectando a todos, pero los indicadores más preocupantes, como los del cese de ventas, estarían impactando un poco menos a los emprendimientos que cuentan con cierta trayectoria, dinamismo y/o que operan en sectores tecnológicos”.
Es muy posible que la existencia de una cierta base mayor de experiencias y aprendizajes previos, sumada al dinamismo, las escalas mínimas y/o la tecnología, les permitan a estas empresas jóvenes tener una mayor resiliencia relativa en momentos como los actuales.
De cara al futuro, señala el BID, las expectativas de recuperación son negativas. Solo un 16 por ciento de los encuestados cree que su actividad volverá a los niveles previos a la crisis durante el próximo mes (16 por ciento). Y lo más preocupante es que la mitad solo podría resistir hasta dos meses sin cerrar la empresa, en tanto que uno de cada cinco no lograría superar 30 días.
C$T-GM