IA y TIC avanzadas con implicaciones en el derecho a la libertad de expresión.
La Inteligencia Artificial (IA) es el “cerebro” que a través de algoritmos y el acceso a datos va determinando qué anuncios o noticias aparecerán en tus redes sociales, y deberá ser detrás del complejo entramado en el que se produce esta tecnología, donde se debe trabajar para que se reconozcan las normas, políticas y códigos éticos para evitar la violación de derechos a la privacidad, a la libertad de expresión y a la participación en la vida pública, entre otros.
“La IA y sus elementos constitutivos de datos, algoritmos, hardware, conectividad y almacenamiento aumentan exponencialmente el poder de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Esta es una gran oportunidad para el desarrollo sostenible, aunque también será necesario abordar los riesgos”, destacó la UNESCO en su estudio “Dirigir la IA y las TIC avanzadas para las sociedades del conocimiento”.
Se considera que preparar y producir decisiones requerirá cada vez más de aparejar el camino para que el desarrollo digital vaya de la mano con los derechos humanos, la apertura, la accesibilidad y la gobernanza de múltiples partes interesadas.
El estudio considera oportuno observar que la IA y las TIC avanzadas tienen implicaciones en el derecho a la libertad de expresión y a la privacidad, pues a través de la personalización del contenido, se está redefiniendo la forma en que las personas utilizan su derecho a buscar información y su derecho a formarse una opinión.
“La IA se utiliza para eliminar el contenido que incita al odio, la discriminación y la violencia, pero también, esto ha bloqueado la expresión legítima y los canales para corregir esos errores que son inadecuados”.
Otro derecho que a menudo se infringe, indica, es el derecho a la privacidad, cuando la IA involucra la recopilación opaca de datos, la revelación de identidades a través de la desanonimización (acción de desvincular la identidad de los datos), el intercambio de datos a terceras partes y el seguimiento y la elaboración de perfiles de las personas.
Aunque la IA también podría ayudar a controlar las violaciones y abusos de la privacidad personal, el análisis advierte que la protección de datos basada en el consentimiento y la transparencia es desigual en todo el mundo “y no aborda el alcance completo de las preocupaciones en términos de privacidad” detalla el estudio.
Si bien esta tecnología también puede diseminar contenido falso fabricado deliberadamente con una intención dañina, eclipsando el contenido periodístico al amplificar la desinformación, también puede fortalecer al periodismo en sus operaciones de recopilación, verificación, análisis y distribución de información, así como ayudar a identificar contenido fraudulento como los videos “Deepfakes”.
En cuanto a participación pública, se han dado abusos de elementos de la IA para manipular los procesos de toma de decisiones de los votantes en periodos de elecciones, a través de «técnicas de adicción y persuasión junto con la micro focalización (microtargeting) de desinformación».
Por ello, la recomendación que emite a los Estados Miembros de la UNESCO, es elaborar el rol que debe tener en la gobernanza de la IA refiriéndose a las normas internacionales de derechos humanos, y desarrollando mecanismos para la transparencia, la rendición de cuentas y la reparación de violaciones y abusos.
Un enfoque útil para evaluar los beneficios y desafíos de la IA y otras TIC avanzadas, propuso, es el enfoque que considera los principios DAAM de la Universalidad del Internet (Derechos humanos, Apertura, Accesibilidad y la participación de Múltiples actores).
Además se ha recomendado implementar los indicadores DAAM-X para evaluar el estado del desarrollo de Internet a nivel nacional, que se convierte en DAAM-X cuando se complementa con cinco temas transversales claves (X) adicionales: Igualdad de género, las necesidades específicas de los niños y niñas, el desarrollo sostenible, la confianza y la seguridad, así como los aspectos legales y éticos de Internet.
Esto pretende servir como inspiración tanto a Estados como a diversos actores del sector privado, de la academia, de la comunidad técnica y de la sociedad civil, para definir el diseño, la aplicación y la gobernanza de la IA, que “se está convirtiendo cada vez más en un oculto tomador de decisiones de nuestros tiempos”.
C$T-EVP