Pandemia visibiliza el fenómeno: Sóstenes Díaz.
Difundir información errónea y rumores durante una emergencia sanitaria como la que se vive a causa de la pandemia de COVID-19 es una práctica que no sólo crea confusión y desconfianza, sino que también puede obstaculizar una respuesta de salud pública eficaz, lo que hace necesaria la coordinación de autoridades de gobierno, reguladores e industria para ayudar a las audiencias a tomar decisiones con base en información verificada.
Ejemplo de ello, sostuvo Sóstenes Díaz, comisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), es la información falsa que asegura que las redes 5G de telefonía móvil propagan el COVID-19, cuando lo cierto es que un virus no se desplaza por las ondas electromagnéticas ni por las redes de telefonía móvil.
“El fenómeno de la desinformación es motivo ya de amplios debates y la contingencia sanitaria sólo ha visibilizado la urgencia de abordarlo de una manera más profunda. Esto a la luz de la afectación que puede ocasionar a la salud pública”.
Al participar en el foro internacional “Los medios y las autoridades del sector audiovisual en el contexto de la emergencia sanitaria en Iberoamérica”, el funcionario dijo que en este contexto es necesario que autoridades de gobierno, reguladores e industria se coordinen y emprendan acciones contra la desinformación para ayudar a las audiencias a tomar decisiones con base en información verificada.
Refirió que de acuerdo con el Estudio Cualitativo sobre la Aprobación de Contenidos Informativos y de Opinión 2019 del IFT, uno de los procesos de apropiación de contenidos noticiosos de opinión y de debate por parte de las audiencias consiste en compartirlos, ya sea mediante el envío frecuente de contenido a grupos de WhatsApp o al publicarlos en Facebook y en menor medida en Twitter.
El estudio muestra que para las audiencias, gracias al uso de redes sociales como Twitter, Facebook y WhatsApp hay más libertad de expresión, menor manipulación de la información, las noticias circulan con mayor rapidez, pueden escoger los contenidos o seguir a determinados periodistas o informadores, programas o periodistas de su agrado.
Sin embargo, también mencionaron varios aspectos que propician insatisfacción frente a los contenidos como la excesiva atención a la violencia y la inseguridad, lo que incluso muchos consumidores han optado por evitar este tipo de información ante el riesgo de generar estrés o intranquilidad .
También identifican parcialidad en el manejo de la información, sobre todo cuando alude a temas políticos; violación a la privacidad de las personas, especialmente al dar cuenta de hechos violentos, carencia de oferta de contenidos para niños y una oferta casi inexistente para jóvenes, falta de credibilidad de algunos conductores y la proliferación de fake news y noticias falsas.
C$T-GM