Participan neurocientíficos, matemáticos y lingüistas.
El dolor varía de persona a persona, incluso para los especialistas es complicado conocer el nivel que pueden sentir sus pacientes; algunos pasan de un dolor agudo a uno crónico, y ante la necesidad de contar con un sistema más efectivo de medición un grupo de investigadores está recurriendo a la Inteligencia Artificial (IA) para aliviar experiencias sensitivas desagradables de manera más personalizada.
“Medir y tratar el dolor sigue siendo uno de los problemas de salud más difíciles y complejos. Tradicionalmente, la medición del dolor ha sido muy subjetiva. Por lo general, se les pide a los pacientes que califiquen su dolor en una escala de 0 a 10, y lo que alguien percibe como un alto nivel de dolor podría no ser lo mismo para otra persona”, señaló el IBM Research.
Es por ello que en alianza con el Boston Scientific se creó un equipo de neurocientíficos, científicos de datos, ingenieros, lingüistas, matemáticos, diseñadores de dispositivos de salud y médicos que están utilizando IA, Internet de las Cosas (Iot) y la Nube, para tratar el dolor crónico de los pacientes de una manera más precisa, personalizada y dirigida.
A fin de cambiar el sistema de medición imperfecto y un método estándar muy defectuoso para evaluar el dolor, la colaboración “busca transformar este problema urgente. Para hacerlo, utilizamos biomarcadores recopilados de hasta mil 700 personas inscritas en dos estudios clínicos, que actualmente se someten a terapia de estimulación de la médula espinal”.
La IA puede analizar y extraer información relevante de estos datos, y “estamos desarrollando un método para medir de manera objetiva y continua el dolor crónico que puede ir más allá de la escala estándar”, para un manejo más efectivo que ayudará a mejorar la calidad de vida del paciente y “posiblemente reducir la dependencia de medicamentos en algunas personas”.
Durante la pandemia, el equipo de investigadores ha evaluado el impacto de esta crisis sobre el dolor crónico, analizando los datos de una plataforma diseñada para recopilar y analizar de forma continua los biomarcadores que los pacientes emiten en sus entornos naturales, en lugar de durante visitas presenciales a la clínica.
“Ahora podíamos ver cómo una gran crisis global, como la pandemia de Covid-19, podría afectar una serie de otros factores que se sabe influyen en la experiencia del dolor crónico de un paciente, como intensidad del dolor, calidad del sueño, ejercicio, medicamentos y estado de ánimo”.
A medida que estos puntos de datos fueron monitoreados durante la pandemia, se desarrollaron modelos de IA que mapearon y correlacionaron cómo las fluctuaciones de estos factores conducían a aumentos o disminuciones en el dolor crónico de un individuo.
Tener la capacidad de cuantificar objetivamente el dolor podría ayudar a resolver otros problemas que afectan a nuestro sistema de salud; a los médicos, por ejemplo, a prescribir con mayor precisión en qué momento y en qué dosis se necesita administrar analgésico, a personalizar la cantidad y evitar una eventual dependencia de opioides.
La IA contribuye a la creación de algoritmos y plataformas que pueden recopilar una serie de métricas y biomarcadores no invasivos, e “integrar el análisis de biomarcadores como el habla, el movimiento, el dolor y el sueño en una plataforma general puede ayudar a los médicos a obtener una imagen más holística y precisa de la salud de sus pacientes”.
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