BID apoya con más de 7 mil mdd al proceso en la región.
Los sistemas de desarrollo económico y productivo en los últimos años presentan cambios vertiginosos, con rezago importante en los países de América Latina, respecto del avance que presentan naciones desarrolladas, brecha que la pandemia del COVID-19 ha hecho más evidente, por lo que es imprescindible integrar a la región de la mejor manera al proceso de transformación digital que vive una parte importante del mercado global.
A través de un encuentro en línea, Luis Alberto Moreno, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aseguró que gracias a las redes, la conectividad y las plataformas de teletrabajo, un amplio porcentaje de los países en el mundo ha logrado superar las medidas de aislamiento que impuso la pandemia; sin embargo, países menos desarrollados enfrentan el reto de crear megasistemas importantes en áreas de la educación y la salud.
En América Latina y el El Caribe, el 60 por ciento de la población carece de conectividad y manejo de dispositivos inteligentes, además de no contar con infraestructura de telecomunicaciones adecuada en zonas rurales, e incluso en ciertas zonas urbanas se tienen servicios de banda ancha, pero sin la velocidad adecuada y con oferta a muy altos costos.
“El banco ha tenido la visión de acompañar los procesos de digitalización en la región desde que inició (este proceso), si bien comenzó con operaciones modestas, hoy se realizan intervenciones integrales, multisectoriales que incluyen a todos los sectores del banco y que responden a la gran complejidad de la transformación digital y a los problemas estructurales que se enfrentan”, precisó Moisés Swachrtz, gerente de Instituciones para el Desarrollo del BID.
La experiencia ha mostrado que gracias a las tecnologías digitales los gobiernos pueden identificar, focalizar y brindar servicios a los ciudadanos de manera más precisa y ágil, con especial atención a la población más vulnerable. Con ello también las empresas pueden elevar su nivel de productividad y la población tener una participación más activa e informada en la sociedad.
En opinión del especialista, las tecnologías digitales han cobrado mayor importancia en el contexto de la pandemia del COVID-19, al configurarse como medios clave para gestionar las acciones que exige la crisis y para dar continuidad a las actividades de las personas, las empresas y las instituciones, en medio del confinamiento y la distanciamiento social.
La pandemia ha evidenciado el tamaño de la brecha digital y los países desarrollados que con una agenda digital avanzada y mayor conectividad son quienes han logrado mantener parte importante de su funcionamiento gracias al teletrabajo, comercio electrónico, gobierno digital, así como avances en tele-educación y tele-medicina, lo que contrasta con países con menor desarrollo que enfrentan una situación mucho más compleja.
Bajo este escenario es que el BID en los últimos 15 años ha estado impulsando la digitalización de los gobiernos y las economías de Latinoamérica con un objetivo estratégico de desarrollo.
El BID ha apoyado proyectos relacionados con la agenda digital de diferentes países de América Latina, así como a fortalecer la institucionalidad digital, la creación de una agencia de gobierno electrónico y Sociedad de la Información de Uruguay, que le ha permitido a esa economía que hoy 95 por ciento de los trámites gubernamentales pueden ser iniciados en línea.
Actualmente más del 50 por ciento de los países de la región cuentan con agendas digitales, muchas de ellas diseñadas y con asesoría y financiadas por el BID mediante más de 100 operaciones que han exigido una erogación que superó los 7 mil millones de dólares.
Estos apoyos han propiciado que desde 2018 más del 50 por ciento de las operaciones aprobadas incluyan alguna acción con la transformación digital, abarcando estos apoyos diversas áreas como gobierno digital, infraestructura para conectividad, actualización regulatoria, talento y desarrollo de habilidades digitales hasta un sinnúmero de aplicaciones en beneficio de diferentes sectores productivos.
Sobre los proyectos más recientes en los que trabaja el BID, destaca el potencial apoyo para el despliegue de cable submarino que permita generar un hub para conectar la región con el mercado asiático.
El reto es ampliar el beneficio de las telecomunicaciones y nuevas tecnologías a un mayor número de la población latinoamericana y buscar que estos servicios se oferten a precios mucho más accesibles, con mayor eficiencia, así como contribuir a disminuir con mayor contundencia el cierre de la brecha digital, tareas todas en las cuales “hay mucho por hacer”.
C$T-EVP