El tráfico se traslada del trabajo a la casa de los usuarios.
La contingencia sanitaria, que implicó ejercer una cuarentena en los hogares latinoamericanos, propició que el uso de redes de telecomunicaciones registre «un salto» en la región de América Latina, donde los consumidores necesitan resolver necesidades de aprovisionamiento de bienes, conectividad social y acceso a la información, revela el estudio “El estado de la digitalización de América Latina frente a la pandemia de Covid-19”.
El documento, integrado en la Revista Latinoamericana de Economía y Sociedad Digital, muestra que el impacto en las redes de telecomunicaciones, se ha manifestado en el creciente ejercicio del teletrabajo el cual ha dejado huella en aplicaciones como las videoconferencias, que han facilitado la comunicación laboral, así como en el tráfico de datos dentro del hogar basado en la tecnología Wi-Fi.
Respecto de valores como la velocidad y la latencia de banda ancha, el estudio indica que en marzo pasado se observó una alta volatilidad, reflejando picos en el acceso a internet combinado con cambios en el comportamiento y flujo del tráfico, el cual se ha trasladado del lugar de trabajo o de estudio a la casa de los usuarios.
De febrero a la última semana de marzo, detalla, tuvo una reducción gradual por semana tanto en Brasil como en México, con una marcada disminución en Chile durante marzo, y una baja constante en Ecuador desde febrero hasta la primera semana de abril.
En cuanto a la velocidad de banda ancha fija, se registró una reducción gradual por semana en Brasil y en México, con una marcada disminución en Chile en marzo; además, una reducción constante en Ecuador desde febrero hasta la primera semana de abril.
Por el contrario, en el mismo periodo, la latencia de banda ancha fija tuvo un incremento gradual (que afectó la calidad del servicio), de 11.7 por ciento en Brasil, 19 por ciento en Chile, 11.8 por ciento en Ecuador y 7.4 por ciento en México.
La velocidad de banda ancha móvil mientras se mantuvo estable en Brasil y en México; en Chile tuvo una disminución notable y de manera gradual en Ecuador. Estos últimos fueron los países que decretaron una cuarentena nacional.
Sin embargo, el análisis refiere que el uso de internet revela un comportamiento que reduce su contribución a la resiliencia del hogar para enfrentar la pandemia; en general la banda ancha es usada como medio de comunicación y para redes sociales.
La primera observación del Índice de resiliencia digital del hogar, es “la diferencia que existe entre América Latina y los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que indica que los hogares de estos últimos están mejor preparados digitalmente para afrontar la pandemia”.
Ello, porque “un factor que reduce el poder de resiliencia de la digitalización del hogar para afrontar la pandemia es el hecho de que aun entre los usuarios de Internet la capacidad para adoptar servicios que permitan “virtualizar” actividades físicas es limitada.
El documento señala que el aumento natural en el número de dispositivos conectados en el hogar que utilizan plataformas de videoconferencia y trabajo en la nube ha creado un cuello de botella en los enrutadores Wi-Fi que operan sobre espectro no-licenciado.
La infraestructura digital, subraya, es un componente fundamental para la resiliencia económica, de ahí que se requiere de la acción conjunta de operadores, reguladores y plataformas de internet para acomodar las necesidades de comunicación resultantes del confinamiento sanitario por el Covid-19.
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