Uruguay, el país con mayor avance
El desarrollo de 5G en México y el resto de América Latina está supeditado al despliegue de fibra óptica, pues si bien existen otras alternativas como microondas o satélites, es claro que éstas desmejoran las ventajas que ofrece la tecnología de nueva generación en términos de una menor latencia.
“Un componente indispensable es la fibra óptica, si no hay fibra óptica no se tendrá 5G, así de importante es y es por cuestiones de backhaul, y obviamente además de la fibra óptica se necesita un insumo esencial que es el espectro radioeléctrico. Si uno ve un mapa de América Latina de las zonas urbanas donde hay una gran concentración de fibra óptica, ya se sabe dónde se va a poder apuntar con 5G”, dijo José Otero, vicepresidente para América Latina de 5G Americas.
El especialista explicó que el potencial sin precedentes de 5G se puede explicar en buena medida porque es una tecnología que no sólo está dirigida al ser humano; su crecimiento, despliegue y desempeño inicial será totalmente diferente a lo que se había visto con tecnologías anteriores en términos de conectar absolutamente todo en el entorno.
«Vamos a tener islas de desarrollo porque en todos nuestros países en América Latina hay zonas de las ciudades que parece que son primer mundo y otras no. En esas zonas es que vamos a ver ese desempeño y todo esto sucede por una cuestión de economía de escala y estructura de costos”.
5G, añadió, es un quiebre en el paradigma tradicional de hacer negocios móviles que vivimos desde la tecnología analógica 1G hasta 4G porque el mercado objetivo que están viendo los principales operadores y el ecosistema de telecomunicaciones es el sector industrial para poner dispositivos nuevos que permitirán ofrecer servicios en sectores como el minero y el agropecuario, sólo por mencionar algunos.
La evolución a 5G, refirió, representa beneficios relacionados con servicios basados en Internet de las Cosas (IoT) como ciudades inteligentes, wearables, alternativas de transporte inteligentes, autos conectados y servicios de seguridad, entre otras; para ello, es fundamental también que se prevea la entrega de espectro radioeléctrico para el desarrollo positivo de esta tecnología.
Desde la perspectiva de José Otero, el país donde existe el mejor posicionamiento de fibra óptica es Uruguay, pues a diferencia de otros países de la región, es la nación que más invierte en infraestructura.
“Al momento de comprar infraestructura ellos pagan en dólares como todos, y los costos que reciben son más altos porque no tienen economías de escala, lo que hace que sea un porcentaje mayor del PIB de su país, y entonces la realidad es que el gobierno de Uruguay en términos porcentuales invierte más en infraestructura que otros gobiernos latinoamericanos”.
Para José Otero, los gobiernos no son los encargados de lanzar la tecnología, sino los operadores, y ellos tienen que lanzarla cuando haga sentido basado en su modelo de negocio y sus estados financieros.
C$T-GM