Inclusión digital favoreció la resiliencia social y económica.
La tecnología puede ser un factor de inclusión y resiliencia, siempre que haya voluntad y esfuerzo por parte del gobierno para integrar a los olvidados, para generar las acciones conducentes y necesarias para garantizar a toda la población, un acceso efectivo al manejo y tenencia de las nuevas tecnologías.
«Más que un esfuerzo es una obligación del gobierno, inculir a los que nunca han estado incluidos, en los programas de acceso a la tecnología y cobertura de conectividad en los lugares remotos del país», precisó Emiliano Calderón Mercado, coordinador de la Estrategia Digital Nacional (EDN) en México, al participar en la VII Conferencia Ministerial sobre Sociedad de la Información en América Latina y el Caribe.
Al intervenir en el panel Acceso a las Tecnologías digitales para la inclusión, refirió que México tiene una extensión territorial de 2 millones de kilómetros cuadrados, en los que habitan 130 millones de personas, de las cuales 40 millones carecen de servicios de conectividad y de acceso a la tecnología.
Esto representa un enorme reto no solo por la extensión territorial del país, sino por el volumen de la población que requiere acciones y servicios que los lleve a tener una efectiva inclusión no sólo digital, sino financiera, desafío que la presente administración esta dispuesta a enfrentar.
La tecnología puede volver muy incluyente a las personas si hay un gobierno digital ordenado y con opciones para digitalizar la operación de la administración pública, proceso que le dará la posibilidad de agilizar trámites públicos, evitar un aumento de la burocracia actual, además de «alejar a los funcionarios» de las personas para combatir la corrupción.
Sin embargo, es imprescindible no solo garantizar el acceso al internet y a la tecnología, sino también capacitar y propiciar el desarrollo de habilidades digitales en la población para que puedan darle un uso más eficiente a esas herramientas, «todo ello se puede lograr si hay acciones bien pensadas, bien planeadas», indicó en el foro organizado por la CEPAL.
Cuestionado sobre cómo se puede tener apoyo regional para alcanzar las metas de la agenda digital, el funcionario calificó como imprescindible tener buenos esquemas de inversión y financiamiento, además de realizar un buen manejo de los recursos existentes, de concretar óptimos esquemas de compras de gobierno, un elemento que exigió depuración extrema en la presente administración.
Adicional a estas tareas es menester considerar un permanente intercambio de apoyo entre las diferentes dependencias públicas y también llevar estas acciones al intercambio con gobiernos de otras naciones, ya sea tecnología, esquemas de operar, y por qué no de éxitos y fracasos, para saber dónde y cómo invertir.
Por su parte, Lucas Gallito, director de Política Pública de GSMA América Latina, destacó la resiliencia no sólo de las comunicaciones móviles, sino también la social, es decir, de cómo la población ha llevado al mundo digital mucha de la socialización que realizaba en el ámbito presencial, antes del confinamiento al que obligó la pandemia de COVID-19.
«Quién no ha festejado un cumpleaños a través de una plataforma digital o de una llamada, o de alguna otra herramienta potenciada por la conectividad, eso es la resiliencia social que acentúa y permite sostener los vínculos sociales, acciones que también son muy relevantes de mencionar», detalló.
La inclusión tecnológica, sin duda ha jugado un papel prioritario también en la recuperación económica de diferentes naciones, otro aspecto denominado resiliencia económica, de cómo la conectividad y la digitalización puede ser el motor de la reactivación productiva en una nación.
«Un aumento del 10 por ciento en la penetración de internet móvil tiene el potencial de aumentar el Producto Interno Bruto en 1.2 por ciento; y también un incremento del 10 por ciento en la digitalización de un país resulta en un aumento del 1.29 por ciento del PIB de una nación, dos formas en que estas tecnologías pueden ser un aliado estratégico en épocas de recesión».
En torno a la necesidad de desarrollar habilidades digitales entre la población detalló que la GSMA ha realizado estudios que muestran que entre el 90 y 93 por ciento de la población de América Latina, ya tiene cobertura de banda ancha móvil, pero hay un 40 por ciento que no sabe utilizarla para cuestiones productivas, es decir, hay una clara brecha de demanda, lo que a veces está ligado a la falta de contenido relevante o incluso del idioma que determinado segmento de la población requiere.
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